Entrenar para estabilizar la psico.

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Entrenar el alma o la actividad mental es imprescindible para tener un equilibrio en la vida. Sobre todo cuando van pasando los años y empiezas a ver las cosas de otro modo.

This is My Therapy

Aunque yo empecé a entrenar para mejorar mi autoestima pronto se convirtió en una disciplina que no quise abandonar porque me dí cuenta que me estaba ayudando a ser más constante: horario, planificación a corto, medio y largo plazo, tranquilidad, saber que haces algo por mejorar, aprendes a organizarte y a ser responsable, mejoras tu energía porque aprendes a comer mejor, valoras más el esfuerzo por ver cómo cuesta luchar contra la genética y aprendes a ser más sacrificado en general… A quien le apasione esto más allá del físico sabrá a qué me refiero. Se convierte en un estilo de vida, que puede ayudar en momentos puntuales o para siempre.

Los que tenemos una actividad mental algo fuera de lo común, y ya escribiré una entrada sobre TDAH, sobre la depresión y cómo el entrenamiento con cargas puede ayudar, podemos considerarlo como una terapia. El entrenamiento al aire libre puede ayudar más aún. Ejercicios de cardio por montaña ya son la monda en este sentido terapéutico. Aunque yo, personalmente, me he decantado más por el cariño hacia las barras y mancuernas.

Ayer me escribieron para volver a entrenar conmigo. Me mencionaron «tienes la filosofía de que tu entrenamiento es tu terapia y necesito aplicarla, ahora lo necesito y por eso te pido volver». Siempre he creído que esto puede ser una terapia cuando tienes la salud mental algo baja de defensas. De hecho, así lo tengo tatuado e hice camisetas y toallas para mis alumnos para intentar trasladar esa idea.

El entrenamiento no debe ser sólo físico, aunque nos encontremos directamente en la playa después de la cuarentena. No es esa la idea para poder ser constante en esto.

Me hizo mucha ilusión que alguien confiara en mi de nuevo (ya son 6 años que nos conocemos), y aunque no suelo retomar mucho con exalumnos si no es que me han gustado mucho y el motivo de la «ruptura» fue algo más allá de «ahora me apetece entrenar contigo, ahora no, ahora si…», en este caso no sólo es que esté contento de su vuelta (creo que la 4 vez… ay), es que voy a tener la oportunidad poder trasladar mejor hacia esa persona todo lo que me ha ayudado a mí. A esta persona le han diagnosticado depresión y estoy convencido de que vamos a ir transformando la medicación en forma de pastilla a medicación en forma de mancuerna, o al menos lo vamos a suavizar todo en ese sentido.

Esta es mi terapia. Es el compromiso que tengo no sólo con el músculo físico. Si alguien, sin obsesionarse, necesita un plus que le aporte equilibrio y formar su mundo, que pruebe a planificar su vida en torno al entrenamiento con cargas.

Feliz Entrenamiento.

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